¡Él VIVE!
“Jesús no es un personaje del pasado. Él vive y, como ser viviente, camina delante de
nosotros; nos llama a seguirlo a Él, el viviente, y a encontrar así también nosotros el camino
de la vida.
(...)
La resurrección fue como un estallido de luz, una explosión del amor que desató el vínculo
hasta entonces indisoluble del «morir y devenir». Inauguró una nueva dimensión del ser, de
la vida, en la que también ha sido integrada la materia, de manera transformada, y a través
de la cual surge un mundo nuevo.
(...)
El gran estallido de la resurrección nos ha alcanzado en el Bautismo para atraernos.
Quedamos así asociados a una nueva dimensión de la vida en la que, en medio de las
tribulaciones de nuestro tiempo, estamos ya de algún modo inmersos. Vivir la propia vida
como un continuo entrar en este espacio abierto: éste es el sentido del ser bautizado, del ser
cristiano. Ésta es la alegría de la Vigilia pascual. La resurrección no ha pasado, la
resurrección nos ha alcanzado e impregnado.
(...)
La resurrección es un acontecimiento cósmico, que comprende cielo y tierra, y asocia el
uno con la otra. Y podemos proclamar también con el Exultet: «Cristo, tu hijo resucitado...
brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos».
Amén.”
Benedicto XVI, En la Vigilia Pascual 2006
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